¡Hola, soy Eva!

Si estás aquí, es posible que, al igual que yo, estés aprendiendo a convivir de manera saludable con la rosácea. O tal vez simplemente estés buscando entender más sobre esta condición de la piel, ya que alguien de tu entorno cercano la sufre. ¡Sea cual sea la razón, te doy la bienvenida a mi rincón especial para rosáceas y rosáceos en la web!

Desde que me diagnosticaron la rosácea, hace ya unos 13 años, he probado muchos productos, remedios y técnicas para manejarla. Algunos funcionaron y otros no tanto. He tenido épocas muy buenas, en las que mi piel tenía un aspecto saludable. Pero también he sufrido recaídas.

Y aunque no siempre ha sido fácil, cada fase me enseñó algo valioso; ¿lo más importante?, que los problemas de nuestra piel debemos abordarlos tratando los distintos factores que la han llevado al punto en el que se encuentra. Por eso quiero compartir mi experiencia contigo, y es que sentirnos acompañados en este complicado camino, puede ser de gran ayuda.

En este blog, encontrarás:

🌸 Mi historia personal con la rosácea.

🌸 Reseñas honestas sobre productos y terapias que he probado.

🌸 Tips y trucos que me han ayudado a lo largo del camino.

🌸 Recursos y estudios para entender mejor nuestra piel.

🌸 Recetas de cocina adaptadas a pieles con rosácea y cocinadas en Thermomix®

🌸 Y, lo más importante, un espacio seguro y comprensivo donde podemos apoyarnos mutuamente.

Porque, al final del día, todos merecemos sentirnos cómodos y confiados en nuestra propia piel. Así que, ¡vamos a embarcarnos en este viaje juntos!

Cada rosácea es un mundo. No solo porque existen diferentes maneras de manifestarse, sino porque cada un@ de nosotr@s la sufre de una manera particular. Os cuento mi caso personal.

Desde que oí hablar de esta marca cosmética revolucionaria y del más alto nivel, quise probarla. Ahora que forma parte de mi rutina diaria os cuento cómo me va.

Seguro que en esta carrera de fondo que es la rosácea has probado unos cuantos productos y terapias... O quizás te sientas perdida sin saber cuál usar o a quién recurrir. A mí me ha pasado lo mismo. Te cuento mi experiencia.

La web está llena de recursos e información, pero a veces tanta oferta nos abruma y necesitamos que nos ayuden a separar el grano de la paja. Aquí os dejo mi selección.

Sí, somos lo que comemos: numerosos estudios demuestran la gran relevancia que tiene nuestra alimentación en el curso de la rosácea. Estas son las recetas que a mí me van bien adaptadas a mis robots de cocina favoritos.

Hay muchos trucos y estrategias que podemos llevar a cabo en nuestro día a día para sobrellevar, disimular o aliviar las molestias producidas por un brote de rosácea. Aquí os cuento esto y mucho más en modo Blog.

Preguntas Habituales Sobre la Rosácea:

1. ¿Qué es la Rosácea?

Se trata de una afección inflamatoria de la piel, que causa enrojecimiento y flushing facial, brotes en la zona central del rostro (mejillas, nariz, frente y barbilla) caracterizados por la aparición de protuberancias y granitos (pápulas y pústulas), engrosamiento de algunas zonas de la cara, sobre todo la nariz, pudiendo darse casos en el que los ojos se ven comprometidos

Hay varios tipos:

  • Eritematalangiectásica: caracterizada por el desarrollo de eritema y la aparición de arañas vasculares.
  • Papulopustulosa: en la que el paciente también desarrolla pápulas y pústulas, que están inflamadas y supuran.
  • Fimatosa: se produce un engrosamiento y agrandamiento de la nariz, llegando incluso a poder causar deformidades. Es un proceso más grave y que suele ser mucho más frecuente en varones.
  • Ocular: es uno de los tipos menos frecuentes. Las personas afectadas refieren sequedad ocular, sensación de cuerpo extraño, enrojecimiento y visión borrosa.

La rosácea se caracteriza por presentarse en forma de brotes, es decir que hay momentos en los que la enfermedad se agudiza y otros en los que los síntomas permanecen ocultos. Esto ha dificultado su diagnóstico y tratamiento, ya que las personas que la padecen, en muchos casos no llegan a acudir nunca a un dermatólogo pues se resignan a sufrir cada cierto tiempo estos brotes. Se estima que afecta a un 6% de la población, aunque solo el 1% la tiene diagnosticada. A esto debemos sumarle los diagnósticos erróneos que la confunden con acné o los que simplemente informan al paciente de que es una enfermedad crónica y que por tanto únicamente pueden optar a un tratamiento paliativo

2. ¿Por qué se tiene rosácea?

La rosácea se da en pieles grasas, ese sería el punto de partida. Aunque en algunos momentos nuestra piel parezca seca, eso solo es la punta del iceberg y es ni más ni menos que el resultado de un proceso inflamatorio en el que actúan a la vez muchos factores y que culmina con la barrera cutánea dañada, no cumpliendo con su función: protegernos. Si la barrera está dañada no puede retener agua y por eso parece seca, aunque lo que realmente sucede es que está deshidratada. En este momento nuestra piel es mucho más sensible a agentes externos como el sol o el frío. Una bomba de relojería, vamos.

Aún hoy en día seguimos leyendo que el origen de la rosácea es desconocido, pero muchos estudios y cada vez más dermatólogos nos dicen que se debe cambiar el enfoque y considerar que hay varios factores que juegan un papel fundamental en su desarrollo:

  • Genéticos: predisposición, son muchos casos en los que tras una persona con rosácea hay unos abuelos, padre, madre o hermanos que también padecen la enfermedad
  • Medioambientales: Sol, frío, viento, calor extremo y exposición a productos químicos son desencadenantes de los brotes, pues una piel con la barrera dañada no puede defenderse
  • Vasculares: determinados factores como el exceso de grasa en la piel, el estrés, algunos alimentos, el frío o el calor..., provocarían una vasodilatación y aparecerían las telanguectasias
  • Infecciosos: el ácaro Demodex folliculorum y la bacteria Helicobacter Pylori, según demuestran muchos estudios, están relacionadas con el desarrollo de esta patología
  • Hormonales: aunque la rosácea no tiene tanto componente hormonal como el acné, algunos brotes están relacionados con picos o desajustes hormonales como los que suceden en la pre-menopausia, probablemente debidos al exceso de grasa secretado por las glándulas
  • Psicosomáticos: en muchas ocasiones el estrés, no saber gestionar nuestras emociones o un cambio importante en nuestras vidas, son los desencadenantes de un brote
  • Hábitos de vida: el consumo elevado de azúcar (provoca picos de insulina y aumenta la inflamación de nuestro cuerpo), fumar, tomar habitualmente bebidas alcohólicas ( provoca deshidratación, vasodilatación, aumento del cebo...) son grandes enemigos de una piel saludable y además de provocar brotes de rosácea, contribuyen a un envejecimiento prematuro.

Hay estudios que defienden que realmente no estamos ante una enfermedad, sino ante una piel con una predisposición genética a padecer un patrón reactivo provocado por causas parasitarias, gastrointestinales, hormonales...

3. ¿Cómo Saber si Tengo Rosácea?

Si experimentas enrojecimiento persistente en la cara, especialmente si viene acompañado de pequeñas pústulas, granitos rojos o venas visibles, te aconsejo que acudas a un dermatólogo especializado en rosácea.

La rosácea cursa con brotes, esto quiere decir que habrá épocas del año en las que estaremos genial y otras en las que aparecerán los síntomas. Esto hace que muchas veces las personas afectadas no sepan que padecen la enfermedad. Es importante el diagnóstico, ya que si no se trata adecuadamente puede agravarse y cronificarse.

Los primeros brotes suelen aparecer entre los 30 y 50 años, aunque es probable que con anterioridad ya hayas tenido episodios de flushing o enrojecimiento facial tras realizar ejercicio, comer algún alimento picante, beber alcohol o tras una fuerte emoción.

La rosácea en ocasiones suele confundirse con el acné, y aunque están relacionados, no son lo mismo. Es por eso que te recomiendo acudir a un especialista en esta patología de la piel y así evitar diagnósticos erróneos que nos harán perder tiempo y dinero, aparte de empeorar nuestra condición.

4. ¿Cómo Tratar la Rosácea?

Es importante entender que si bien por el momento (seamos optimistas) no hay una cura definitiva para esta condición, sí que es posible tratar la rosácea y tener una piel sana. Para ello debemos acudir a un dermatólogo que esté especializado en Rosácea. Esto es importante, ya que Incluso entre los propios dermatólogos no hay un consenso sobre cómo abordar esta patología, existiendo dos tendencias: los que la catalogan de enfermedad crónica sin cura en la que sólo podemos aspirar a tratamientos "paliativos"; y los que basan su enfoque en tratar la piel afectada desde los varios frentes que provocan el desequilibrio, esclareciendo su origen para conseguir romper el bucle causa-efecto y así evitar que se vuelva crónica. El tratamiento variará en función del tipo de rosácea que tengamos y del grado de afectación, pero en general podemos hablar de las siguientes directrices :

  • Las pieles que no están en brote, cuando el dermatólog@ lo aconseje, suelen responder muy bien al Retinol
  • En casos leves, se suelen indicar cremas hidratantes, emolientes y vasoconstrictoras, que reducen la tirantez y la quemazón, así como reducen la aparición de las rojeces y arañas vasculares. Una detección temprana evitará que los casos leves empeoren.
  • Cuando existen lesiones papulopustulosas y dependiendo de su gravedad suele recetarse ácido azelaico, antibióticos, tanto orales (tetraciclinas) como tópicos (metrodinazol) para evitar o tratar las infecciones, Isotretinoina oral para regular el exceso de grasa o Ivermectina tópica para controlar el sobrecrecimiento del ácaro Demodex. Estas lesiones pueden provocar cicatrices en la piel, por lo que no se deben manipular en ningún momento.
  • Para tratar el Helycobacter Pillorum, se suelen usar antibióticos, pero hay numerosos estudios que demuestran que el uso indiscriminado de los antibióticos puede detrás de la sobreproliferación de esta bacteria, que se habría hecho resistente a los mismos. Estos estudios demuestran que el Lactilobacillus reuteri es capaz de eliminar esta bacteria de forma natural y además regenerar nuestra microbiota, tan importante para nuestra salud en general.
  • Para eliminar la rojez de forma transitoria te pueden recetar Brimonidina en gel. Tiene un efecto de 12 horas por lo que se suele usar cuando tenemos algún evento y queremos controlar el flushing
  • Las terapias basadas en la luz o fototerapia, como el láser de luz intensa pulsada (IPL) o el láser de colorante pulsado (PDL); y la terapia biofotónica basada en la fluorescencia de la luz (Kleresca®)permiten reducir la sintomatología y pueden acompañar al tratamiento farmacológico. Este tipo de tecnología además de permitir controlar los brotes tienen una acción preventiva.

En todos los casos debemos llevar a cabo cambios en nuestro estilo de vida, pues se ha comprobado que el estrés o los malos hábitos alimenticios (también alergias o enfermedades autoinmunes, desconocidas por la persona en muchos casos) pueden ser factores que desencadenan los brotes.

5. ¿Cómo cuidar la rosácea?

Tras acudir a un dermatólogo especializado en pieles con rosácea que nos tratará los síntomas de la enfermedad y una vez hayamos recuperado el buen funcionamiento de la función barrera de nuestra piel, es muy importante mantener una rutina de limpieza, hidratación y protección, ya que no debemos olvidar que tenemos una predisposición a llegar de nuevo a la misma situación. También debemos cuidar nuestra alimentación y estilo de vida, es decir, evitar los desencadenantes de los brotes, que variarán dependiendo de cada persona:

  • Usar productos limpiadores, hidratantes y cosméticos apropiados para nuestro tipo de piel. Nos lavaremos la cara con agua tibia (nunca caliente o muy fría) y nos secaremos con pequeños toques, nunca frotando. Sería conveniente usar una pequeña toalla sólo para nuestra rutina facial.
  • Usar protector solar diariamente (mínimo SPF30, pero lo idóneo sería SFP50) y cubrirnos con sombreros o ponernos bajo sombrillas cuando vayamos a estar expuestos al sol directo
  • Evitar alcohol y comidas muy condimentadas y/o picantes ya que provocan enrojecimiento facial y un consumo habitual puede desencadenar brotes. También debemos evitar las bebidas o comidas muy calientes, así como alimentos que causen alergias o sensibilidades individuales.
  • Establecer una rutina anti-estrés, ya que es uno de los factores que desencadena mayor número de brotes. Aunque es complicado eliminar las fuentes de estrés de nuestro día a día, podemos comenzar a hacer yoga, reducir el consumo de café o bebidas estimulantes, comenzar a tomar adaptógenos....
  • Se cree que un mal funcionamiento de nuestro sistema inmunológico podría estar detrás del desarrollo de la rosácea. Ocuparnos de mantener una flora intestinal saludable es fundamental y para ello se aconsejan los probióticos como el Lactobacilus reuteri. Recordad que siempre debemos estar asesorados por un profesional que determinará qué, cuánto y cómo tomarlos.
  • Una dieta antiinflamatoria puede ayudarnos mucho, para ello os recomiendo que consultéis con un nutricionista que os ayude a elaborar un menú apropiado.